Ikari + Mota (Moog Club)
Monraker DJ
Ikari
Ikari es una fuerza delicada en la escena de la música electrónica. Con un estilo liderado por el ritmo, coquetea con el glitch y la dureza que define su sonido. Sus sets y producciones se caracterizan por un comportamiento indómito y una esencia mecánica. Impulsor de emociones, disfruta generando atmósferas y dejando un impacto fuerte en el oyente a través de patrones en constante cambio. Guiado por ritmos precisos y marcados, su propuesta está firmemente enfocada en la pista de baile, nutriéndose de sonidos abstractos y percusivos.
La incansable búsqueda de Ikari por una alta calidad artística y creativa lo lleva a explorar los estilos techno de Birmingham e Ibérico de la primera década de los 2000. Su sonido combina una esencia bélica con secuencias rítmicas y resbaladizas que traslada magistralmente a la pista de baile.
Nacido en Barcelona en enero de 1998, Marc Falcó quedó fascinado por la música electrónica desde muy joven. Durante la adolescencia, exploró los aspectos más duros del género, inspirándose en artistas como Reeko, Surgeon y Bas Mooy. Su personalidad y arte se vieron profundamente influenciados por los valores contraculturales de la música electrónica.
En noviembre de 2018, lanzó el proyecto Ikari, motivado por una fuerte necesidad de mostrar su visión del sonido de club. Sus primeros conciertos y la oportunidad de probar sus producciones en clubes encendieron su pasión, y las reacciones del público le dieron la moral necesaria para dedicar gran parte de su tiempo a desarrollar su propia identidad sonora.
+ Mota (Moog Club)
Carlos Mota, joven DJ y productor de Barcelona, más conocido por su alter ego Dark-307, lleva una vida dedicada a la música y los vinilos. Mota se caracteriza por sus sonidos elegantes, oscuros y profundos, logrando que sus sesiones estén llenas de ritmos pegajosos, bailables y con ese toque de elegancia al alcance de muy pocos. Navega entre un mundo donde los sonidos más fríos se mezclan con variables oscuras y patrones acogedores. Melodías y ritmos rotos toman protagonismo en muchos de sus shows. Detrás de sus sesiones, hay historias con las que quiere hechizarnos, sumergiéndonos en sus pensamientos más profundos y mostrándonos sus sentimientos más personales hacia la música.